PINTO COMO TOCO....TOCO COMO PINTO

martes, 15 de enero de 2019

sábado, 15 de diciembre de 2018

"SOLO DE BATERIA"...EL LIBRO....
Anécdotas breves aunque contadas con extendida gracia pueblan este libro de un baterista mayor del jazz en Chile. Es un libro autobiográfico aunque sin imposiciones cronológicas ni de referencia: avanza entre recuerdos que a su autor le han resultado significativos en su desarrollo musical y también personal. El despertar de su pasión por el jazz, sus viajes y giras, los encuentros con músicos de renombre (particularmente cómico resulta su relato «Miles Davis y yo», menos solemne de lo que sugiere el título) y también el trabajo con solistas y conjuntos de nuestro país dan pistas sobre la amplitud de intereses y movimientos que Avendaño viene dando desde los años cincuenta. Las páginas con fotos prueban su precocidad y también la versatilidad de sus intereses. Están ahí su carnet de socio del naciente Club de Jazz, a los 15 años de edad; su tiempo de estudios y vida en Estados Unidos; la contratapa de su disco pionero en Chile junto a Nahuel Jazz Quartet (fue una publicación de 1963); y sus sucesivas sociedades junto a Los Bric-a-Brac, Fusión, Almandina, Dixielanders y Sexteto Hindemith 76, entre otras agrupaciones. Con justificado entusiasmo, el investigador Álvaro Menanteau destaca en el prólogo que «se trata de una serie de narraciones que fluyen como el jazz. Que tienen un ritmo a ratos constante, y luego hay un corte pero la narración continúa, acumulando tensión y resolviéndola».
Solo de batería es una autoedición de su autor que puede encargarse para despacho al correo electrónico

sábado, 23 de abril de 2016

martes, 5 de julio de 2011

orlando avendaño, baterista 2011


Orlando Avendaño, baterista. Foto de Martin

domingo, 20 de marzo de 2011

sábado, 29 de enero de 2011

Tres Generaciones en la Bateria de Jazz en Chile

Jose Luis Cordova, Roberto Barahona y Alejandro Espinosa

martes, 28 de diciembre de 2010

Me despido

QUERIDOS AMIGOS....CON ESTA GRAFICA, DE UNA SERIE QUE ME ENCUENTRO TRABAJANDO AHORA, CON COMPROMISO DE EXPONER A FINES DE MARZO, ME DESPIDO DE TODOS MIS AMIGOS QUERIDOS, LECTORES GENEROSOS Y FIELES QUE SIGUIERON MIS CUENTOS, AVENTURAS Y MI SENCILLO SENTIR SOBRE VARIADAS COSAS....MUCHAS GRACIAS, ESPERO VOLVER A SENTIRLOS, MAS ADELANTE. UN ABRZO GRANDE Y LO MEJOR PARA TODOS Y PARA MI PARA, ESTE AÑO DE 2011.
HASTA SIEMPRE
orlando avendaño guzman
don bilz

**Mis notas sobre discos de Jazz Chilenos se publican en:
www.absentamusical.com

martes, 3 de agosto de 2010

El Caballito (cuento) 31 de marzo 2011


“EL CABALLITO” (Cuento ganador del concurso "Relatos de Coleccion Centenario del Museo Nacional de Bellas Artes")


Victor a penas si pasaba en la modesta pieza que arrendaba en el barrio de la Vega Poniente. Entraba y salía.Solo algunos domingos en la mañana se le veía tomar algo de sol, debajo del destartalado y viejo parrón, no era raro también verlo con su guitarra, un cuaderno y un lápiz, entonando alguna canción, trozos nuevos, letras, ideas que a ratos traspasaba al papel.El niño de la casa, Manuel, tenia diez años, era tímido y le guardaba un cierto temor a Victor, se mantenía siempre cerca, pero a la vez lo suficientemente lejos, como le habían dicho sus padres: …No molestis al Joven”... le decían.Algunos domingos Victor compartía el almuerzo con esta buena familia y hasta un par de vasos de vino se tomaba con Don Manuel y la señora Aída.Una tarde de verano, después de almuerzo , Victor tomo la guitarra, y alrededor de la mesa familiar, entonó la primera estrofa de “El Cigarrito” que no hacia mucho había compuesto.Todos oyeron con sepulcral silencio. Su canto invadió la tarde de domingo dejando cada palabra como la uva, suspendida de ese parrón .Cuando entro a la segunda estrofa que al igual que la primera, la antecede unos acordes de guitarra, en el momento justo en que Victor de disponía a cantarla, se oyó tímidamente la voz del niño Manuel, que jugueteando con el mantel, se animó a imponer su propia voz, sus propias palabras a la cancion de Victor.Tantas veces la había oído, escondido por ahí, a espaldas de Victor que se atrevió y cantó:….Voy a andar en caballito..y a correr por donde quiera..por arriba de las nubescon mi perro y mis espuelas…..y junto a Victor, entonaronAy,,,ay ay….Ay…ay…ay…Ay….ayyyyyyy……Todos aplaudieron y celebraron la salida del niño y Victor lo abrazo con dulzura y le dijo:Si pus Manuelito…. tenis que correr por donde querai……!!!!...y lo beso en la cabeza.

Victor se Levantó.Debía irse.


Orlando Avendaño Guzman

Casablanca 5 de Julio 2009 Para oir y ver : "EL CIGARRITO " haga click en: http://www.youtube.com/watch?v=fy8yvXw7Wvk


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lunes, 5 de julio de 2010

CARL SAGAN

CARL SAGAN
…Y entonces, un día, llegó una criatura cuyo material genético no era muy diferente de las estructuras moleculares reproductoras de cualquier otra clase de organismos del planeta, que dicha criatura llamó Tierra. Pero era capaz de reflexionar sobre el misterio de su origen, de estudiar el extraño y tortuoso sendero por el cual había surgido desde la materia estelar. Era el material del Cosmos contemplándose a sí mismo. Consideró la enigmática y problemática cuestión de su futuro. Se llamó a si mismo humano. Y ansió regresar a las estrellas.
db/7/2010

domingo, 16 de mayo de 2010

John Coltrane y la pata de palo



John Coltrane y la Pata de Palo

Por Orlando Avendaño (Don Bilz)

Ya no podía estar un día más en Chile....estaba desesperado...enloquecido,aun cuando estábamos en los mejores momentos del grupo que integraba esos días, el "Nahuel Jazz Quartet".Recién regresábamos de una gira muy exitosa al Festival Internacional de Jazz de Mar del Plata, Argentina. Así todo, se me metió en la cabeza que debía seguir mi "sueño" e ir a dar a, como diera lugar, a Estados Unidos, para estar cerca del origen, del lenguaje cambiante, sorpresivo e inesperado del Jazz de esos días. Ni siquiera nuestra primera grabación, que más tarde constituiría todo un hito, me pudo detener.Roberto Barahona, mi compañero de curso, mi compañero de banco, mi "alumno" de batería, se había ido ya hacia casi un año, me recibiría en su casa en Washington DC. Cartas van y vienen, en la época, que una carta tardaba veinticinco días en llegar. Todo listo, decisión tomada. Me voy.Mis compañeros de conjunto, quedaron bastante perplejos, diría yo, mis padres....para que decir, mi hermana mayor que se había casado hacia varios años ya. Yo era el regalón de la casa, con mis veintidós años,...qué mejor? Mi relación con mis viejos era óptima,...yo no me estaba "largando" de casa, estaba siguiendo mi sueño....y creo que sin entenderlo jamás, igual, resignados, me apoyaron en todo.

Pasaje comprado, él más barato....más aventura. Me iría en barco, en el Lircay, un carguero de salitre de la Cia. Sud-Americana de Vapores. La fecha estaba, la hora, estaba, todo listo. Vendí mi batería, mis discos y otras cosas inconfesables de la casa para iniciar esta "cruzada", para mi sagrada de lo que consideraba más importante en mi vida. Veintidós años, baterista...había que seguir adelante como fuera. (Recibí también ayuda de varios amigos y mecenas, de los que me decían:"Chico, tu no tenis nada que hacer en Chile"!)

Mientras ..."hacia hora" una persona, cuyo nombre no recuerdo, nos invitó, a un grupo de músicos a su mansión, en la esquina de Pedro de Valdivia con Las Lilas, lo que importa es que nos tocó: My Favorite Things de John Coltrane Quartet , después siguió con otras "novedades", como Dave Brubeck Quartet y muchas más, pero un solo tema de cada LP, era su casa, sus discos, su estilo... Para mí fue como ponerle bencina al fuego.....más me quería ir, contaba los días. Me quedo sonando Coltrane, sobre todo por que el tema, lo encontré "lindo". Nada más. .De pronto!!!!.......Noticia: a Roberto lo llaman al Army, ya no me puedo ir con él a Washington DC. donde eran nuestros planes originales. ¿Qué hacer?.El día de hoy, yo creo, quedan muy pocas personas que no conozcan a alguien en USA. Esos días no. Se inició un verdadero operativo familiar tratando de ubicar entre familiares y amigos "alguien" que viviera o conociera a "alguien" en cualquier lugar de Estados Unidos. (Estaba dispuesto a irme a Nebraska, a Oregon) me daba lo mismo que no fuera "cuna" del jazz. No quería y no cedería un metro en mi decisión tomada. Me voy.

Gracias a un amigo de mí cuñado, que tenía un primo que vivía en Los Ángeles, California, en Hollywood, para ser más exacto,mi brújula viró para ese lado, sin saber, ni tener idea, de qué se trataba aquel lugar, fuera del cine y que los artistas de cine, trabajaban allí. Acepté en el acto. Me recibiría.... Samuel...un hombre de unos cuarenta años, residente desde hacia más de diez en USA, soltero, trabajador incansable en una "gran" fábrica de shampoo y que tenía un "autazo" último modelo, esos eran más o menos los detalles que yo me enteré, sobre el que sería mi anfitrión inesperado. Y para allá partí.!!! Despedidas, discursos, regalos, abrazos, algunas lágrimas y pañuelos a lo lejos, fue lo último que vi.Entre todo aquello, una palabra tan sólo a mi padre querido, que sin comprenderme, hizo como que me comprendía, y por última vez lo vi. en el muelle, haciéndome señas de adiós...... pero que esta vez fueron para siempre.

El Down Beat, era nuestra Biblia, o lo conseguías en la Librería Studio, donde llegaban tres al año, o me lo pasaba mi amigo Roberto, que era ya una especie de "gringo", o lo leía en la Biblioteca del Chileno Norteamericano, donde mi padre me impuso ir seis meses antes, a aprender Inglés cuando recién nació esta idea de irme. Apresuradamente me dediqué a investigar los lugares de Jazz de Los Ángeles. Salían algunos en el Down Beat, incluso con la dirección. Entre ellos me llamó especialmente la atención el SHELLY' S MANNE HOLE, cuyo dueño era el baterista Shelly Manne, sagrado exponente del West Coast jazz, famoso por su inigualable plumilleo o escobillas acompañando a Chet Baker, Art Pepper, y a quién no, en esos días.Seguí investigando, me conseguí un mapa de la ciudad, logré ubicar la dirección de la que sería mi casa (Samuel) y por otro lado la ubicación del "SHELLY'S" en el mapa. Se veían al lado, en la realidad, no distante más de unas ocho o diez cuadras. Copié los mapas lo más exacto que pude, y me los llevé sin comentarios mayores. Lo mismo hice con otros clubes de jazz , pero que se notaban más retirados.La música y los músicos del llamado movimiento Cool o West-Coast, me los conocía todos, había oído a la mayoría y como si fuera poco, con el Nahuel Jazz Quartet habíamos tocado hacía sólo un mes en Mar del Plata con Bud Shank, figura entonces y aun hoy del profesionalismo, creatividad y exponente importantísimo del West-Coast Jazz. Prácticamente no había ningún músico que yo no conociera de audición, lectura o investigación.

Samuel resultó ser un personaje. Era gentil, misterioso, trabajador incansable, ordenado, meticuloso. Un horizonte en su mirada: el trabajo. Después, ocasionalmente unas cervecitas, unas cuantas botellas de pisco que le llevé y tele, tele y más tele.Vivía dignamente en un departamento diminuto. Tenía naturalmente referencias mías, pero en su misterio era muy atinado, y como nada sabía de jazz, poco o nada dijo al respecto.Me mostró la ciudad, fue generoso y bueno. Pero temeroso, en lugar de infundirme optimismo y seguridad, destacaba siempre el miedo: que los partes de la policía, que el manejo descuidado, que el seguro, los robos etc. etc. Para qué decir la noche. La noche era: " la noche": un solo peligro....y yo ahí justamente esperando que llegara MI noche para salir pegando con mi mapa a oír jazz, en otras palabras a lo que había ido. Se notaba en él una dificultad leve al caminar, al subir la escala, al subir o bajar del auto, en fin....el nada dijo yo nada pregunté.Cuando se iba a trabajar yo podía recorrer el barrio, como él me decía.... pero.... mapa en mano hice el recorrido hasta el Shelly's. No había ningún problema, era derechito por Hollywood Boulevard, unas diez cuadras y en la calle Cahuenga a la izquierda, media cuadra. Cuando finalmente di con el lugar, de día naturalmente, no decía nada por fuera. Vi los vidrios pintados con tiza, tipo carnicería que decían: tal día Modern Jazz Quartet, otro día Oscar Peterson Trio, otro JOHN COLTRANE QUARTET, lo anoté y me dije.....vengo!! Aunque quede la escoba!!!. Por unos tres días seguí la rutina del amigo y anfitrión, Samuel y su tele. Lo fui preparando .y le dije:- Sabis, Samuelito, que una de estas noches voy a salir, hay un "concierto" ...(.para que sonara mejor), que no me puedo perder. Me habló de nuevo de los peligros de la noche y muy especialmente de los peligros de los buses o del transporte (ninguna de las dos cosas tenia relación con la realidad) USA esos días vivía los mejores días de su historia y la bonanza económica era casi grotesca, para decir la verdad.Finalmente , llego el día (noche) tan esperado: John Coltrane Quartet con McCoy Tyner en piano, Jimmy Garrison bajo y Elvin Jones en batería. 22.30 horas. Llovía intensamente esa noche. Salí como a las nueve, para no preocupar más a mi paranoico anfitrión, me fui caminando, feliz. La noche me sentaba bien, autos, luces, gente, música por aquí, por allá, me parecía que en cualquier momento aparecerían mis amigos músicos para iniciar nuestros acostumbrados "farrines", como les decíamos, como para que sonara mejor!. Nada de esto ocurrió. Estaba completamente solo por primera vez, pero feliz una semana en Estados Unidos y recién salía a cumplir mi sueño de ir a oír JAZZ..... No necesariamente a Coltrane,.... jazz, lo que fuera, pero AHI!!!. Dónde nació. Si partía con Coltrane mejor aun, pensaba yo.Finalmente me encuentro dentro de un "boliche", absolutamente al lote, con posters de jazz pegados en la pared, algunas banderas detrás del escenario(???), no había mesas, había mesones en el mismo sentido del escenario, y montones de pisos…. Cerveza? Cerveza!. Sólo estaba bien iluminado el escenario, el resto unas velas y en general al lote, el lugar era como muy familiar y de ambiente de músicos. A mi no me salía palabra. Llegué más de una hora antes. Me ubiqué a poco más de un metro del escenario, miraba y estudiaba la "Gretsch" de Elvin Jones, esperaba y esperaba. El lugar se llenó a un punto insólito. A las 10.45 aparecen los músicos, se ubican, afinan, casi no hablaron entre ellos, y nadie presentó a nadie....y se largan!!!!!.Abrieron con una versión de "Impressions"" de unos 35 minutos. En un momento pensé que Elvin Jones estaba como haciendo alguna broma o algo así, sinceramente no entendía que le ocurría.....no tocaba: "apaleaba"....sin piedad, sin distinción, solo de tenor, solo de bajo....solo de piano todo igual, no miraba a nadie, ni entre ellos tampoco, y le daba y le daba sin ceder un segundo tan sólo. (Años más tarde, en opinión de los "grandes" críticos de jazz, se llegó a la convicción de que Elvin esos días expuso el lenguaje más potente jamás oído antes en la batería). Tocaban con el "uniforme" del sindicato, el que más tarde yo también usaría: terno negro, camisa blanca, corbata negra, zapatos negros. La chaqueta de Elvin estaba completamente mojada y el rostro de él para mí lucía como algo nunca visto, entregado absolutamente a lo suyo. Además emitía a cada cierto rato y por espacios , o por varios compases, una especie de quejido extraño...algo así como ahhhhh!! Mmmmm!!!Trane era inconmovible, cuando no tocaba, sentado allí en un piso de madera, en los mismos en que estaba sentado yo, ojos cerrados, abrazado al saxo..... cuando tocaba era una fuerza creadora sin fin, sin principio. Como caerse dentro de un acuario con pulpos....imaginaba yo, una, tras otras fluían idea, tras idea en un lenguaje para mí absolutamente endiablado, complejísimo, no daba tregua, y cuando parecía que se pondría "nice", o sencillito y agradable, volvía a aparecer una especie de monstruo herido, que con más potencia tiraba su fuego. Algo de remanso había con McCoy aun cuando Elvin seguía igual.En el segundo set apareció junto a ellos un tipo delgado con antejos redondos; tenía pinta de intelectual, como de profesor, a pesar de que era joven. Nadie lo presentó, y a nadie le pareció nada raro, nadie dijo nada. Y se largaron esta vez en el que, para mí, parecía el doble de "marciano" que el set anterior.El era un amigo de Coltrane: Eric Dolphy. Tocó clarinete bajo. Yo no quiero parecer dando una opinión o un postulado sobre la música de Trane, sólo estoy contando mi humilde experiencia de haber conocido apenas "My Favorite Things"( más encima creo de la película "La novicia rebelde") y ahora en mi primera experiencia con el jazz en vivo, justo me toca: el filo mismo de la afilada navaja, la cresta de la ola, de la vanguardia mas ruptural de la historia del jazz. Al paso de un año, ya comprendía y admiraba entrañablemente la música de ellos, lo hago hasta el día de hoy. Aclaro esto por que ellos estaban perfectamente bien en lo suyo. Era yo el que estaba apabullado, despistado, desconcertado, perplejo y desorientado. Conocía, por supuesto, y admiraba a Charlie Parker, otro artista bastante complejo y ruptural, pero esto era otra cosa. Para graficarlo, era una extraña aplanadora que tiraba fuego!!De un tirón vi derrumbado mi sueño del jazz, el jazz que yo conocía y que tocaba como profesional y de manera bastante adecuada. Mis referencias eran Stan Getz, Bob Cooper, Oscar Peterson, Shorty Rogers, Paul Desmond, Charlie Byrd, Dizzy, Parker, etc., etc. No me quedó ni el boleto, y me bajó un especial desconcierto y malestar contra el compadre de los antejos y su clarinete tocado en forma tan "abstracta".Se acabó todo. Aplausos a rabiar... se fueron todos, yo también.....salí a la noche lluviosa de vuelta a casa, caminando, para hacerle caso a mí amigo.Mejor que haya ido caminando, porque así me fui pensando, analizando profundamente este golpe. Qué es esto? ¿Qué era esto?... ¿A esto vine?.... Incluso, creo que me pregunté a mí mismo:..."¿Qué se habrán imaginado estos huevones, ah??".... ¡bien chileno!.El balance era de total desconcierto...así, medio sumido en un girar sin fin en mi mente, llegué finalmente al departamento...mojado, empapado, por dentro y por fuera.

Con cautela y el mayor tino, entre despacito, sin ruido. Mi amigo roncaba en el octavo sueño. Abrí con el mayor sigilo el closet para sacar algo y me encuentro nada menos que con una ¡PATA DE PALO!!!! Con calcetín y zapato incluido colgada en un gancho. Una pierna ortopédica, la prótesis de Samuel. Nada tan raro, pero, cerrar esa noche ruptural, insólita, alucinante, así de esta manera fue un espanto, (blows your mind!!) ¡te explota el mate!!Me acosté con los ojos como plato, en un catrecito chico en el living, oyendo la lluvia, En la puerta entre abierta del closet, en penumbras, una pierna colgando de un gancho, y el rugir de Trane y Dolphy.... pegado a mis orejas, dándome vueltas y vueltas, ocasionalmente aparecían unos platillazos feroces de Elvin...y seguían y seguían..... finalmente ..me dormí.Recuero, si, lo que soñé.....lo recuerdo perfectamente..Con un pijamas a rayas y con la pata de palo, blandiéndola de sus correas, como un antiguo sable, perseguía a Trane...por Plaza Italia, dando vueltas en círculos, al rededor del monumento a Baquedano. Después, ellos, agarraban, por la Alameda para abajo!!!!A la altura de Portugal o de Lira, lograba, alcanzar a ambos, agarraba a Eric Dolphy, (a este, le tenia especial "ganas", por intruso, según yo) a Trane y les propinaba un buen golpe en la cabeza, con la pata de palo, a cada uno, a, Elvin, que andaba cerca del Cerro Santa Lucia, le metía el zapato y el calcetín, donde mejor le cupieran!!!... soñé también... con Santiago… dormido.... mi cama, mis sabanas planchadas, el desayuno en la cama, con mis amigos músicos de Chile, y con mi gato.Pero, sin lugar a dudas.Se impuso, primo, por sobre todo, en este sueño " la pata de palo", con la que les di, sin piedad a todos los que aquella noche inolvidable, me dieron sin piedad a mí.

D.B/1996 revisado 2002)

viernes, 7 de mayo de 2010

Miles Davis y yo....

D.B en Hollywood California 1964.



Miles Davis y yo


Ya con este puro título, uno debería esperar algo sólido, importante.

Por lo menos algo que justifique lo rimbombante del concepto: "Miles Davis y yo".Se trata en el fondo de una anécdota simple, breve, pero igualmente significativa para los que amamos el jazz y muy especialmente a Miles, en el fondo este relato... es lo que hay no más.

Era mediados de enero, el invierno de 1967, en Los Ángeles, California. El invierno generalmente es suave, aun cuando en las noches sopla un viento helado que hace que uno recuerde inevitablemente a Chile. El resto del año pareciera una primavera-verano continua. Miles estaba en la ciudad... la voz se corría también como el viento. WRVR, veinticuatro horas al día de "puro jazz", la radio favorita de músicos y aficionados, ahí se enteraba uno de todo lo que pasaba en la escena del jazz, que esos días era mucho, pero MUCHO, diría yo....así con mayúscula. No había día de la semana en que no hubieran por lo menos unas diez opciones de primerísima línea para oír y ver.Ya llevaba viviendo allí casi seis años y había visto a Miles por lo menos unas ocho o diez veces, no me perdía oportunidad. Tony Williams fue para mí una de mis más preciadas experiencias e influencias, si es que puedo decirlo con toda la humildad del mundo. Lo vi cuando él tenía diecisiete años, todavía no se incorporaba Wayne Shorter, estaba George Coleman, era 1963. Estuve un año y medio encerrado en un garaje practicando su intrincada e innovadora forma de tratar los tambores. Tuve oportunidad de ver a "The Quintet" de Miles,con: George Coleman, Wayne Shorter, Herbie Hancock, Ron Carter y Tony Williams. También fue notable para mí ver algunos invitados y reemplazos ocasionales, por razones que nunca comprendí...pues cuando volvía un par de dias más tarde estaba nuevamente el grupo "original" completo. Fue así como vi a Víctor Feldman en piano, Sam Rivers en tenor, Frank Strozier en alto (esto es verdaderamente raro) y Hank Mobley en tenor.Miles tenía una actitud misteriosa, por decir algo, no hablaba una sola palabra, ni al comenzar ni al terminar, jamás presentó los músicos, no hablaba con ellos mientras tocaba. Era un personaje muy elegante, levemente pesado. Arrogante. Sabía perfectamente cuánto pesaba y eso lo hacía sentir.

Una noche nos aventuramos con mi amigo Alfonso "Palito" Barrios, bajista del Nahuel Jazz Quartet y por lo tanto compañero y amigo mío desde muchos años y ahora convertido en un excelente fotógrafo profesional. Vivíamos en el mismo edificio. Ocasionalmente, tocábamos juntos algún "gig" de trío o cuarteto. En esos años yo tocaba con buenos grupos de jazz, sextetos y octetos, pero igualmente trabajaba con un guitarrista de bossa-nova en trío y con un vibrafonista en cuarteto. Tocábamos en fiestas privadas o cocktails que en Hollywood eran, y me imagino aun son, cosas de todos los días.
Un poco de aventura, decía antes, porque esta vez Miles tocaba en el corazón del barrio Watts, el equivalente a Harlem de Nueva York.. "Ruby Red Room" se llamaba el lugar y no tenia más capacidad que para unas ochenta o cien personas. Muchas veces antes estuve ahí, siguiendo a mis favoritos "funky", "blusie" y "Hard": The Jazz Crusaders, Jimmy Smith, Mongo Santa María, Willy Bobo, Art Blakey, Charles Lloyd, Roland Kirk, Bobby Bryant, Woody Shaw, Charles Tolliver, Sony Stitt, Hank Crowford The Tree Soundsy mis favoritos "los picantes" Quartet Tres Bien..... entre los que recuerdo. Esa noche hacía bastante frío, nos estacionamos lejos y ya se notaba cuando pasamos frente al lugar que estando Miles, todo era distinto... frente al Club ya había una cola y grupos de gente conversando, en otras palabras había "ambiente". Finalmente cuando llegamos al lugar, había una considerable cola. Ahí nos instalamos con Alfonso a esperar el show de las diez. Siempre ver a Miles y al Quinteto fue una experiencia. Siempre temas nuevos y la banda sonando mejor y mejor. Esta vez esperábamos el recién grabado "Miles Smiles" con temas como Footprints, Freedom Jazz Dance, entre otros. Oírlos en vivo y en lugar pequeño es una de las mejores experiencias que un músico puede anhelar.
Ya cerca de las diez, la cola empieza a avanzar, fluidamente al principio, medio entrecortada más tarde y, cuando ya no faltaba nada para cruzar la puerta, una mano gigante me para en seco. Los porteros son gigantes, antes ahora y siempre. Hasta ahí llegamos y punto....ni una persona más!! Una hora o un poco más de espera en la calle. Hasta el próximo set. Igualmente con Alfonso y el resto de los que quedamos afuera disfrutamos oyendo el sólido sonido, algo apagado de Miles. Como una hora y diez minutos más tarde empezó a salir la gente, hasta desocupar completamente el lugar....para decir la verdad, parecía un niño chico....lo único que quería era entrar lo antes posible y ubicarme frente a Tony Williams. Hice un par de intentos por mi cuenta, pero una vez más, la mano: "Hey!..stop man!.." Cuando salió la última persona abrieron ambas puertas por unos minutos para ventilar, imagino, después se cerró todo nuevamente y......cuándo?.....cuándo...?. De pronto el gigantón abre la puerta apenas un poquito y dice: OK now!, yo me abalanzo, sin ningún recato, sin mirar siquiera para ningún lado. Entro...como una tromba! A un sitio casi en total penumbra, ahí me topo de frente con alguien y lo piso con todo mi entusiasmo, con toda mi prisa y con mis bototos grandotes, reforzados, recién comprados, de esos dados de baja del Army. Más encima con mi mano izquierda lo topé levemente cerca del hombro, ¡como en un pequeño empujón! Oí entonces, una voz única, ronca, muy poco común, más bien un sonido gutural, como de afonía aguda o de alguien con una evidente dificultad de algún tipo a la garganta. Levanto la vista y en la penumbra distingo la cara de Miles, mirándome con dos cuchillos negros, con esa voz extraña y bajito me dice, rudamente:.... "Watch your step, mother fucker" (Fíjate donde pisai concha de tu .....). Alfonso Barrios a mi lado, vio y oyó todo, es mi único testigo.... Creo que éste es el único encuentro, la única "relación", de un músico chileno con Miles Davis. Anticipé al comienzo de este relato que mi cuento era mínimo, que poco o nada se podía esperar de una relación, cercana si, pero... fortuita, desafortunada y breve. Pero es un encuentro personal, real y, finalmente, es todo cuanto puedo decir sobre "Miles Davis and me".
Felizmente esa noche no tocaron "Seven Steps to heaven"...!!!!!
Mas tarde cuando tocaron "Footprints", me parecio que Miles, me miro con cierta ironia, pero en realidad puede haber sido solo una idea mía y eso nunca ocurrió!
D.B
Oct. 1992(Rev.2003-09)

domingo, 2 de mayo de 2010

La Cebolla Morada

Larry, D.B, Lawrence y John. D.B bombero de dia,... jazzista de noche!



La Cebolla Morada

Dedico este relato a la talentosa Melissa Aldana, saxofonista, que ya se abre camino exitosamente en las "grandes ligas" de New York.

Sentado en uno de los peldaños miraba y miraba tres hileras de cuatro robots cromados, o sea, doce mirones fríos que lucían impecables con él ultimo grito del diseño de los sesenta. Se trataba de bombas expendedoras de bencina. Eran los años dorados de USA, 60-70s.... ahí pasó todo... se reinventaron ellos mismos, a todo nivel. Y justo yo estaba ahí.
En una de las esquinas más "in" de esos días: en la calle Sunset Boulevard con Poinsettia Place en el corazón de Hollywood,trabajaba en el turno de la noche. De 22 p.m. a 0.6 a.m.(rara vez me tocaba de dia). Era bombero, trabajaba solo, después de las 12 solo quedaban seis bombas funcionando solamente, pero igual todo se mantenía iluminado.
Ocasionalmente venía un rubio platinado a cargar cinco dólares de bencina, o un anciano pobre a poner un dólar, o un grupo de jóvenes y promisorios actores en un convertible,....riendo y riendo, dueños del mundo, comentando a gritos poco menos, que mañana los llamaría su agente. Todos se sentían actores...conquistadores de la gran pantalla. Era Hollywood, y hasta donde yo se hay sólo uno.
En general las noches del lunes, martes y miércoles eran tranquilas, lo que me permitía sentarme y mirar fijamente la esquina del lado de esta bencinera gigante. No la esquina opuesta sino la esquina inmediatamente del lado o sea no separada de mí y del lugar de trabajo por no más de unos cuarenta metros.Mi rebuscada posición me obligaba a reflexionar noche tras noche, sobre el mismo tema.... "qué raro, era mi destino". Me vine a la ciudad de Los Ángeles en busca de lo más preciado por mí, de lo que mejor sabía hacer, del único real amor y entusiasmo de mi vida: el Jazz. Para lograr aquello, salí de mi casa, cuando tenía poco más de veintidós años. Ví alejarse un Valparaíso en un día de otoño a pleno sol. A penas si podía controlar mi mirada llena de entusiasmo, incertidumbre y pavor.
Yo era un joven, destacado baterista en mi tierra!.Y ahora, esta noche, después de seis meses ya, lejos de casa, acostumbrado y entregado a hacerme mi propia suerte, como tantas otras noches, me sentaba a mirar fijo la vereda del frente...por qué tanto?..... Porque aunque parezca rebuscado, ahí no había:... lavandería, ni lava autos, ni óptica, ni sastrería...ahí estaba nada menos que "The Purple Onion" (La Cebolla Morada) uno de los tantos lugares de jazz de la ciudad y dentro de tantos, uno de los buenos y mejores. Yo sabía quién tocaba cada noche. Ayudaba a los músicos que venían tarde a estacionar sus autos. Me hice incluso de algunos amigos ocasionales, músicos todos, destacadísimos algunos, a los que yo admiraba en silencio desde esta peculiar posición.


Esto no era todo. El sector era residencial, de forma tal que hacia afuera del local poco o nada se oía. Exceptuando, cuando alguien entraba o salía abriendo una gruesa puerta acolchada, que dejaba salir para mí, por no mas de diez segundos algo de.... Sonny Rollins, cinco segundos de Les McCann, veinte de Chico Hamilton, quince de Art Pepper..... a veces alguno medio ebrio esperaba a su acompañante... tambaleante, afirmado en la puerta entre abierta. Así conocí a la Gerald Wilson Big Band, tocando Viva Tirado! con un fenomenal solo de Carmel Jones.... A bocanadas me sentía a ratos feliz, por acceder a estos "restos" del gran banquete, y yo mismo me infundía coraje para aplacar mi desconcierto y mi pena, para dejar de preguntarme una y otra vez.... ¿qué mierda hago aquí? Me fui a “la aventura” a seguir mi pasión por la música, y era solamente esto, lo que tenia por ahora….
D.B /Sep. 2002--

viernes, 30 de abril de 2010

Steve Grossman come Palta Reina!


PALTA REINA PARA STEVE GROSSMAN

Cuando apareció en Santiago el "Elvin Jones Quartet", sinceramente no sé si toda la audiencia estuviese preparada para recibir andanada semejante. Esto ocurrió en Septiembre de 1972. . Elvin fue el baterista de John Coltrane, durante el período inicial de su cuarteto, Trane probó a varios bateristas antes de quedarse con Elvin. Tenía, al igual que él, algo completamente distinto que decir, trataba los tambores sin piedad, no tenia el más mínimo interés en ser "agradable" era sólo fuerza, innovación y potencia arrolladora. En 1967 se apagó la luz de Coltrane, ya Elvin no estaba con él. Había incursionado por su cuenta con grupos de sonoridad similar.El joven tenor Joe Farrell, que muchos pensamos sería el legado de Trane, trabajó con Jones durante varios años, como también lo hicieron otros jóvenes "Trane-oriented" tenoristas como Andrew White, Sonny Fortune, Pepper Adams, Pat La Barbera, Dave Liebman y Steve Grossman. Estos dos últimos fueron parte de estas visitas "ilustres" que recibimos los jazzistas ...... a los dos tenores, se sumaba por supuesto Elvin en la batería y el bajista Gene Perla. Llegaron "a mil por hora"...los músicos sabemos reconocer eso. Aquí fueron recibidos con un entusiasmo y un cariño únicos... además de vino con frutas, sin frutas, tinto o blanco, vino y más vino, sumado a eso, venenos inconfesables, que los mantenían, como mirando la cordillera fijamente como preguntándose: ¿qué será eso?, amistosos, de buen humor, abiertos y entusiastas; así eran todos. Cuando tocaron el día 29, los que no sabían de qué se trataba quedaron pegados a la pared como verdaderos "posters". Se dejó caer la andanada, que sólo Elvin sabe hacer. Y eligió para ello a dos tenoristas, absolutamente en el contexto donde el se desenvuelve mejor....o sea con el sonido, la fuerza, el estilo único que nos legó John Coltrane. Tocaron a morir o a matar. No se podía decir quién era mejor o menos mejor si Steve o Dave....qué manera de tocar. Quedamos todos enloquecidos y felices.Esos días a este tipo de evento, me acompañaba una amiga, amorosa y muy entusiasta del Jazz. Macarena, "La Maca" para los amigos. Ella fue donde más pudo, se metió en las conferencias, en las clínicas, en los camarines, donde pudo ahí estaba, fascinada con la música del grupo. Por supuesto conocía a Trane y bastante más de jazz. Una mañana, a eso del medio día, hubo una actividad, me parece que en el Conservatorio, ahí, estaban los "galácticos" Steve y David, mirando.... como en busca del origen del universo.
La Maca no pudo más y en un momento "clave" se acercó a Steve Grossman y hablándole en fluido español, pero despacito, como hace mucha gente con la esperanza que así te van a entender, le dijo: "Steve, ¿quieres venir a almorzar a mi casa, con mi familia, y después puedes descansar ahí, todo lo que quieras?"....... El tipo le sonrió amablemente. La Maca era bella y tenía una sonrisa bella también. Steve hizo unos guiños y gestos con los hombros...ahí intervine y le explique lo que ella decía. "Ok...Ok..bueno, muy bueno". Dijo Steve.La Maca llamo, a su casa, desde un teléfono público con Steve al lado..."Aló, Aló...abuelita...aló..abuelita,... dígale a mi mamá que voy a ir a almorzar, con un amigo gringo, que toca el saxo con Elvin Jones.. los músicos de jazz que están aquí...dígale que vamos a ir para allá, ahora! ¿Me entiende?" Prefiero no pensar la versión de ese recado que la abuelita le dio, a la mamá de la Maca. Imagino algo así como: "la Maca dice, que un músico viene para acá ahora, y con un gringo, y algo de sexo dijo en la hora de almuerzo!!!" Como a la una treinta. Departamento en Simón Bolívar con Manuel Montt. Living comedor chico, una familia sencilla, la mesa puesta, la mamá de la Maca era como ella, amorosa, gentil, no se complicaba ni conmovía con nada. Menos con un gringo alto, medio flaco, medio dormido y con una maleta negra en la mano.
-Hola...Hola.... adelante, así que Ud es el músico?..Maca traduce diciéndole despacito: "Mi mamá te esta saludando y pregunta si tú eres el músico": -Bueno...Bueno. Responde Steve. Le presentan a la abuelita, la señora Mercedes, le explican....despacito..."es la mamá de mi marido"... -Ok..Ok..bueno, agrega Steve. -Mamá ataca de inmediato con onda "mamá". -Ud.... tiene cara de "cansado", menos mal que aquí lo vamos a alimentar bien...póngase cómodo, sáquese los zapatos.... Me atrevería a pensar, que esa fue la primera vez que Steve se sacó los zapatos desde su llegada a Chile, hacia ya varios días! -Tráele las pantuflas del papá. Le plantaron las pantuflas... . Sin chaqueta, camisa abierta, tirado en el sillón, con pantuflas extrañas, mirando unos chiches blancos que había en una pequeña repisa, recibió una cerveza helada, como una bendición... Ahí, empezó a hablar, con la abuela, con la mamá y muy especialmente con la Maca, que a estas alturas tenía una sonrisa bella y fija. Se reían a ratos. A los pocos minutos apareció el hermano, que era vendedor de seguros. Saludo, se saludaron sin entender nada, pero como al resto de la familia a este personaje, tampoco le importaba nada. Salió de la cocina con una cerveza y mirando a Steve le dijo: - Así es que tocai el saxo compadre.... Ahora aparece la mamá...feliz! y dice: -Steve.!!... a la suerte de la olla no más! ...pero tuvo suerte el gringuito este....Todos ríen. -Mira: tenemos: Palta Reina de entrada, Cazuela de Ave y Duraznos en conserva...qué mejor!!!! Todos ríen, Steve también.
Lo sentaron en el lugar de honor... el lugar del papá. Empezaron a almorzar, conversando y riendo como si fuera lo más normal... La Palta Reina, enloqueció a Steve, devoró, además comió pan con mantequilla, ají colorado tipo "peure" , verdaderamente feliz. La Maca, le dio media Palta más, por que en realidad parece que Steve no conocía los "avocados" -Bueno...Bueno...decía ocasionalmente. La abuela, señora Mercedes, también le conversaba..le dijo: -Así que Ud., es músico y andan fuera de Chile ah? Ahí, ya nadie entendió nada. Apareció la Cazuela de Ave....mamá, dijo a Steve.."Bien a la Chilena pues"....Mmm!bueno,bueno, dijo el. Ahora Steve paso directamente a convertirse en una especie de aspiradora...devoro todo, estaba feliz, conversaba con todos, trató de dialogar con el hermano, Memo, se llamaba, pero éste, no hizo esfuerzo alguno por modificar su actitud, sólo le decía -Dale, dale gringo...
Duraznos en conserva de postre y una agüita caliente después... Steve, venía con un "carrete" de meses, imagino, así es que estar en "casa", bien almorzado, lo hizo casi quedarse dormido en la mesa Lo acomodaron en la pieza de la Maca, con un cubrecama en los pies,......mama le dijo, al cerrar la puerta: -Descanse ...descanse. Tranquilito, está en su casa ...bueno? Ahí de, Steve Grossman, tenorista y soprano, no se supo más.Quién podía siquiera imaginar, que este personaje, que con pantuflas, llegó hasta una cama, en una casa, en un lugar, con una familia, con todo lo que lo rodeaba, absolutamente desconocido, había empezado ya a los quince años a tocar alto y soprano en forma brillante y que pocos años más tarde, empezó su carrera profesional "top" de inmediato reemplazado nada menos que a Wayne Shorter en el Quinteto de Miles Davis.. Durmió, como músico "carreteado", esto es, muy similar a un riel de ferrocarril. A las seis, le llevaron onces en una bandeja: tostadas, mantequilla, mermelada casera y medio Berlín!!! le explicaron, sobre la mermelada hecha por la abuela, "a la antigua" y otras cosas más. Se comió absolutamente todo, nuevamente. Mirando para todos lados, en camiseta, con una "chasca" como si la almohada se le hubiera pegado a la cabeza, penetrantes ojos celestes en sus ojeras negras, las miró a las tres y dijo: -Bueno....bueno..... . Debía irse, esa noche tocaban en el Teatro Oriente. Macarena lo llevaría en taxi y así también aprovechaba de quedarse hasta el concierto y entrar como parte del grupo. Repuesto y compuesto casi ya al momento de retirarse, miró su maleta negra por unos segundos, la abrió y.... Ceremonioso, les dijo, tomando su tenor: -Please...please.!!. haciendo una especie de reverencia elegante, para que lo siguieran, al baño. Abuela Mercedes, mamá y Maca, se acomodaron en la taza del baño, y en la orilla de la tina. Ahí, emergió, el hombre común y corriente, sensible, además de genial. Que, sinceramente agradecido, les habló con las palabras más bellas que puede un músico expresar: con la música. Y en la acústica de un baño de azulejos blancos, la puerta y ventana cerradas. Tocó, solo para ellas: "Round About Midnight"... interpretado muy lento, largo, con un solo maravilloso,...... en cada nota, puso su sentimiento profundo, lo mejor de sí. Era una versión salida del corazón... y.... de las pantuflas de papá,.... de la siesta, de la sonrisa de Macarena, de esta familia generosa y buena,..y ..del alma, diría yo, de todo el significado que pudo haber tenido…una Palta Reina para Steve Grossman.
d.b. Sept.1995 .

jueves, 29 de octubre de 2009

ART BLAKEY JAZZ UNIVERSITY




THE ART BLAKEY JAZZ UNIVERSITY

Agradezco a mi amigo José Hossiason, “Pepe-Pope”,director de la primera banda con quien toque a los 14 años. Estudioso del jazz, autoridad en la materia. Su aporte a esta nota, recopilando el completo listado de músicos que tocaron con Art, lo aprecio muy sinceramente.

Se ha dicho y escrito tanto sobre Art Blakey, que creo no aportaría mucho que me detuviera en intentar complementar siquiera, algún resquicio de su legado, extractado de algún texto perdido u olvidado. Preferiré, como lo he hecho tantas veces, ya casi sin pudor, relatar lo que me ocurrió a mi, como un joven músico al enfrentarme como parte del publico, las cuatro veces que tuve oportunidad de verlo y oírlo, con distintas agrupaciones entre los años 1963-1972. Todas ellas, con Los Jazz Messengers.
La primera vez fue en el invierno de 1964 en el Lighthouse de Hermosa Beach. California. Había que hacer un pequeño viaje desde Hollywood hasta allí, que es una pequeña localidad costera un poco al sur de L.A, no más de 45 kilómetros. Yo conocía el Lighthouse, casi de memoria, tanto como conocía de memoria también los discos grabados en vivo ahí y que estaban entre los favoritos de la pequeña discoteca que poseía el Club de Jazz de MacIver para sus socios. Carl Fontana, Frank Rossolino, Shorty Rogers, Bill Hollman, Bud Shank, Stan Levey y el dueño de casa y bajista Howard Ramsey entre muchos otros, así y todo cuando me enfrente al lugar me pareció bastante modesto, tenia muy poco frente y algo bajo, de un piso, los automóviles se estacionaban de frente haciéndolo mas pequeño aun, una vez adentro el panorama cambiaba algo, pero en realidad era un lugar mas bien largo que ancho, la banda tocaba al lado derecho de la entrada, una larga barra con pisos de madera, repleta, siempre. Fui con mi amigo Bobby Fluxa, que no era jazzista pero con tal de manejar un Ford convertible nuevo que tenia, era capaz de llevarme a cualquier parte (esto resulta curioso porque el Bobby, que era chileno también, sin saber, ni tener arte ni parte, terminó viendo en esos años a Coltrane, Blakey, Dolphy, Cannonball, Miles, Gerald Wilson, Chet Becker, Lou Rowls, Jimmy Smith, West Montgomery, Roland Kirk entre muchos mas!!!..la última vez que lo visite en LA después de casi treinta años, era piloto de su propio avión y hacia viajes turísticos y había derivado como principal interés además de los aviones:…a .la música Country!!! (casi me mata).
Nos ubicamos por ahí lo mejor que se pudo, y de a poco terminamos casi frente a frente a la banda.
El dueño de casa entre aplausos anuncia a: Art Blakey and the Jazz Messengers…!!!!
Cuando aparece Art, al que solo conocía por fotos, siempre sentado, se trataba de un viejo chico (tenia 43 y yo 22) de bracitos cortos y como tal, no hay camisa que se le ajuste a su talla, los puños casi enteros afuera de la manga de su terno negro, le gustaba sentarse con el sillín ajustado bien alto, lo que al verlo de cerca y en consideración a su tamaño lo hacia ver casi como que tocara de pie, no era un tipo chistoso ni aparatoso, se limitó a presentar los músicos amablemente y no habló mas y no era necesario, siempre me referí a el como “La Tromba”….por que eso es lo que era, algo tenia su música, los arreglos y el hecho de que su manera de tocar fuera tan “lead” que la batería a ratos cantante también transformaban a este sexteto en….puede ser como el grupo mas potente que yo haya oído. La fuerza, la potencia de Trane y de Miles era inmensa, pero muy distinta, lo mas cercano podría ser en mi opinión Cannonball y tampoco creo que se le compara, a veces pensaba que la presencia del trombón, además del saxo y trompeta, hacen una diferencia. El Jazztet de Benny Goldson tenía algo de esto también.
El primer solo de Lee Morgan, no se me olvidó jamás, pues estuve a punto de morir, hasta hoy siento al describir esto, como sentía mi estomago entonces, la tensión y como se libero todo, cuando después de los típicos “tutis” (combinación de mano izquierda en la caja, mano derecha en el tom, golpeando al unísono) de Art, sale este delgado y elegante joven y elabora un solo de una inteligencia, construcción y estructura….perfecta, absolutamente perfecta, Lee era sin duda uno de los mejores trompetistas del momento, tenia una actitud poco simpática un poco aparatoso y engreído, pero eso es otro tema.
.Lo alcancé a ver dos veces, (pocos años años mas tarde falleció en un incidente de faldas, a los 33 años)Wayne Shorter, Curtis Fuller, Cedar Walton y Reggie Workman hicieron el resto. Tan impresionado quede con Lee, que francamente no podría decir nada mas, que recuerde en forma individual del resto de la banda,… talvez Curtis Fuller me llamó la atención, fue la primera vez que vi un trombonista de jazz tocando con total soltura y maestría y por supuesto Blakey que no era un baterista muy técnico, era firme como una roca y se manejaba entre los rangos altos de volumen, lo que exigía a sus muchachos estar mas que atentos y ponerle “fuego a la cosa”. Art era un batero de los llamados “duros” también conocido como el epítome del “Hard-Bop”.
El motivo que me hizo recordar y animarme a escribir esta nota, fue que hace unos días “ordenando” mis diapositivas, me encuentro por décima vez en todos estos años con un tesorito que yo tengo, esto es, una foto que tome de día, al pasar frente al Shelly,s Manne Hole, el el corazón de Hollywood, California…. el Shelly,s tenia unas vitrinas, por que seguramente antes de ser un Club de jazz, fue algún tipo de tienda, pues esa mañana se encontraba dentro de esa vitrina, un joven negro totalmente funky, sentado en un piso con un tarrito de pintura blanca y un pincel y escribía al revés desde dentro con letras bastante vistosas y dispares “TONIGHT ..ART BLAKEY AND THE JAZZ MESSEN…….” Hasta ahí iba cuando me detuve a fotografiarlo, el resultado fue una foto maravillosa y mas que eso histórica, que venia justo como para ilustrar este articulo….mala suerte, sin tomar el debido recaudo descuidadamente la devolví a la caja, y ahí quedo entre mi madrina, mi luna de miel, Dafne mi gata arriba del árbol, y en fin mil diapos mas….volver a revisar todo se me hizo cuesta arriba!!! Y ya tenia la oferta de mi buen amigo Roberto Barahona de pasarme esta Diapo a un CD, para poder reproducirla aquí…La debo!!!
Como lo he dicho antes, en notas anteriores, todas las cosas se van encadenando unas a otras y resultan entretenidas para quienes sepan verlas, así pues recibí también estos días, un regalo de mi buen amigo de Chicago John T. Burr que me envió “Talking Jazz an Oral History” del pianista, compositor y cantante Ben Sidran, allí hay muchas conversaciones con muchos
Santones de la historia del Jazz, por supuesto Blakey esta de los primeros, consultado como dirige un poco desde “atrás” su banda, teniendo las manos siempre ocupadas, Art confiesa que desde la batería se puede liderar y se revela ahí por vez primera el constante y dosificado uso, de ese redoble cerrado tan característico, para que entre el solista, para anunciar el cierre ,para subir o bajar la intensidad e intención. También dice, como fue de importante para el la selección de sus jóvenes músicos, la disciplina era fundamental para el, deberían aprenderse al dedillo su gestualidad, su intención y las mil señales que enviaba desde sus tambores.
Se cuenta que Blakey era un músico de jazz neto, no tuvo prácticamente tiempo ni otro interés en la vida, lo prueba el hecho que aprendiera a nadar a los sesenta años!! también se cuenta que asistiendo al entierro de un amigo, allí después de unos pocos discursos el pastor pregunto a los pocos asistentes que se congregaron allí:…Alguien quiere decir algo mas?..... frente al silencio de los asistentes… ahí salio Art y aclaro: Bueno… nadie quiere decir nada mas yo quisiera hablar algo sobre el jazz y dijo unas palabras de cómo el jazz Fusión le ganaba esos días espacio al Bop, tema que por supuesto no guardaba relación alguna con el difunto.
Un ultimo recuerdo,que atesoro, fue en la segunda vez que vi a los Messengers, en el Shelly,s puede haber sido en 1964-65 cuando oí a Lee Morgan tocar “I remember Clifford” creo que para mi ha sido uno de los grandes momentos y mejores regalos que he recibido del jazz. Magnifico. Sus propios compañeros celebraron su solo, uniéndose a nosotros, el publico, que cuando termino su faena, estallamos llenos emoción e imagino también como una manera de agradecer una verdadera obra maestra, presenciada en vivo, en directo y como todos sabemos ya a estas alturas….absolutamente irrepetible.
Dicho esto, los aplausos para Art Blakey creo significaban, mas que un reconocimiento a su desempeño bateristico, eran ademas, a su fino ojo y olfato, de reclutar en sus filas a casi todos los jóvenes talentos que sostuvieron y algunos sostienen hasta el día de hoy el precioso legado del Jazz.
A continuación, los músicos y los aficionados jóvenes verán aquí, en este listado de brillantes figuras, separadas por primera vez por instrumento, por que y con que justificada razón a Art Blakey y los Jazz Messengers se le conoció como
:

THE ART BLAKEY JAZZ UNIVERSITY

Trompetistas:
Terence Blanchard, Clifford Brown, Donald Byrd, Kenny Dorham, Bill Hardman, Philip Harper, Freddy Hubbard, Brian Lynch, Chuck Mangione, Wynton Marsalis, Lee Morgan, Valery Ponomarev, Wallace Roney y Woody Shaw.

Trombonistas:
Steve Davis, Robin Eubanks, Curtis Fuller, Frank Lacy, Melba Liston, Steve Turrett y Tim Williams.

Saxofonistas:
Dale Barlow, Gary Bartz, Lou Donaldson, Carlos Garnett, Kenny Garrett, John Gilmore, Benny Golson, Johnny Griffin, Billy Harper, Donald Harrison, Javon Jackson, Carter Jefferson, Branford Marsalis, Jackie McLean, Hank Mobley, Cecil Payne, Billy Pierce, David Schnitter, Sahib Shihab, Wayne Shorter, Lucky Thompson, Jean Toussaint, Bobby Watson y Barney Wilen.

Pianistas:
Walter Bishop Jr., Joanne Brackeen, Donald Brown, George Cables, Albert Dailey, Walter Davis Jr., Sam Dockery, Benny Green, John Hicks, Geoff Keezer, Wynton Kelly, Junior Mance, Ronnie Matthews, Mulgrew Miller, Johnny O'Neal, Horace Silver, Bobby Timmons, Mickey Tucker y Cedar Walton.

Contrabajistas:
Chris Amberger, Jan Arnet, Mickey Bass, Cameron Brown, Spanky DeBrest, Leon Dorsey, Essiet Okon Essiet, Charles Fambrough, Scott Holt, Dennis Irwin, Jymie Merritt, Lonnie Plaxico, Gene Ramey, Curley Russell, Victor Sproles, Peter Washington, Doug Watkins, Buster Williams y Reggie Workman.

DB/10/09

jueves, 13 de agosto de 2009



SEXTETO HINDEMITH 76

Primera Parte.

“Impresiones” era un grupo de gran nivel, dirigido por el excepcional músico y pianista, Mariano Casanova, con quien había tocado innumerables veces, desde que el y su inseparable amigo, el baterista Jaime Farfán, irrumpieran un día en el Club de Jazz de MacIver, alrededor de 1960. Obviamente ellos, conformaron junto a diferentes bajistas su propio trío y dicho sea de paso causaron un importante impacto, pues no tuvieron la evolución por la que todos tuvimos que transitar obligadamente con el jazz, a medida que el jazz fue cambiando, ellos llegaron “cambiados”…eran lo que esos días se denominaba “modernos”. También es bueno recordar, que era común que nos intercambiáramos de lugar, ocupando el sitio de un compañero, cuando por razones de disponibilidad o tiempo uno u otro no podía cumplir con determinados compromisos, por lo que no era raro, que Jaime me reemplazara con Nahuel y yo a el con Mariano.
Me incorporé a al grupo “Impresiones” a principios de 1975, curiosamente como percusionista, siendo esta la única vez que desempeñe tal función, el baterista oficial del grupo era mi querido amigo y mi único “alumno” Domingo Vial, quien a poco andar debió dejar el grupo para ir a tocar con un conjunto que se suponía tocaría música “chilena con jazz”, proyecto este, al que no le puse mayor atención, sin embargo era bueno para Domingo, titulado profesionalmente como percusionista de la Universidad de Chile y discípulo de Guillermo Rifo, quien formaba parte de esta nueva agrupación de algo así como de “folclor-jazz”. Se produjo entonces mi incorporación como baterista a “Impresiones” y a Domingo le perdí la pista por un tiempo.
Fue el mismo Domingo, quien en el transcurso del tiempo, le sugirió a Guillermo Rifo, que hablara conmigo, que yo era la persona más indicada para el proyecto en el cual trabajaban. Me lo propusieron y se produjo este curioso enroque, Domingo volvió a Impresiones y yo me fui al Sexteto Hindemith, ahí a esas alturas, me empecé a interesar y por razones obvias: lo primero que me enteré fue del nombre del grupo y del apabullante nivel de sus integrantes y sus respectivas trayectorias.
Yo conocía a Rifo, fuimos compañeros en Fusión y el siempre manifestó un serio aprecio por lo que yo hacia y como lo hacia, eso me lo manifestó con claridad académica un par de veces. Cuando nos reunimos fue sumamente claro en expresarme lo que el como director pretendía y lo que el Sexteto esperaba. Lo he mencionado en algún capitulo anterior, se trataba básicamente de lo siguiente: La derivación de un grupo, que ya tenia una larga trayectoria en la música de Cámara, que había ya incursionado con acercamientos a la música llamada “popular” o no clásica, incorporando una voz femenina (Carmen Luisa Letelier) y con arreglos que se orientaban hacia definitivamente el concepto de “Fusión” esto, en el sentido del termino, y sin connotación alguna hacia el grupo del mismo nombre que sentara un precedente de importante innovación entre los años 70-73, acá se pretendía fusionar la música de cámara con el folclor chileno y latinoamericano y desde allí abordar la sonoridad y estilo del jazz. No era poco lo que pretendía mi amigo Guillermo.
En el casino de la Facultad tomamos un café con Guillermo y me dijo: “Chico, esto es muy simple: este grupo tiene que “swinguear” necesitamos incorporar el sentido del jazz, mas que nada rítmicamente y tu eres la única persona que puede hacer eso….no me digas nada (seguramente al ver mi cara de espanto…!) yo ya se, hemos tocado juntos, tu eres autodidacta y no lees música…pues bien, eso es exactamente lo que quiero, que seas tu el que crees tus propias partes y sea el grupo el que se adapte a lo que tu estas imponiendo. Eso es… nada más y nada menos….que me dices???
Si entre un jazzista y un músico popular (profesional) en esos años existía una gran brecha, entre un jazzista y un músico clásico existía un precipicio. Yo no pude responder de inmediato….se me vino a la memoria mi única experiencia con músicos clásicos, en un encuentro que se puede considerar “limite”, este ocurrió con mi participación, junto a Matías Pizarro en piano eléctrico y órgano, Pepe Aranda guitarra eléctrica, (con todo tipo de pedales y distorcionadores) y Pepe Ureta bajo, junto a la Orquesta Filarmónica, Coro y el Ballet del Teatro Municipal para la obra “Teorema” de Mirta Furioso, Gallinato y Mairena, con la supervisión musical de Juan Azua y la dirección del Maestro Juan Carlos Zorzi. Suena bonito… y resulto muy bien, pero los “profesores” de la Filarmónica fueron hostiles con nosotros y en especial conmigo…..”Saquese las pilas , maestro”…”terremoto…terremoto”… me decían y me hacían en el desarrollo de nuestra participación, múltiples gestos, para que tocara mas despacio, para que tocara menos, o simplemente para que me fuera. Fue una experiencia muy enriquecedora, pero no particularmente grata…los “maestros estos” no querían saber nada con el jazz y mucho menos con el rock, parece que esa mezcla estaba adelantada a su época. La temporada fue breve.
Si no tuviera, en este momento que escribo, el programa del Teatro Municipal de Santiago, frente a mis ojos…creo que este seria un recuerdo completamente vago…para colmo como suele ocurrir, no solo en este, sino en casi todos, este programa no consigna la fecha, pero pienso que fue a fines de 1974.
Averigüé entre los músicos quienes era los integrantes del a estas alturas “famoso” Sexteto Hindemth. Simple: todos músicos profesionales, todos profesores de la Universidad de Chile, todos integrantes de la Orquesta Sinfónica, todos considerados en su instrumentos, por lejos, los mejores músicos de Chile, había que agregar a esto, que entre ellos estaba el niño genio… “el niño terrible” de la composición , ejecución, arreglos y lo que fuera… que fuese música, el inolvidable Nino García, con no mas de veinte o veintiún años. Alberto Harms en flauta (de oro, famosa por ser la única en Chile) Emilio Donatucci Fagot, Adolfo Flores contrabajo, Guillermo Rifo vibráfonos.
Nuestro primer ensayo se fijó en una casa de Avda Brasil, que entiendo era una dependencia de la Universidad, los ensayos serian de 9.45 am. a 12.45.
Aquí se inicia para mi “el choque de los mundos” lo detallare sin el mas mínimo espíritu critico y siendo yo parte activa de ambos, no seria el caso intentar siquiera hacerlo en términos comparativos críticos. Mencionare algunas diferencias solo como anécdota.
Podría resumirlo en que por una parte estaban los jazzistas y los músicos profesionales: desordenados, informales, divertidos y por el otro los músicos clásicos: serios, formales. Pero creo que bien vale la pena contar algunos detalles que retratan de cuerpo entero estas diferencias.
La primera: a las 9.45 am. Hora del ensayo, estaban los instrumentos armados, afinados y estábamos tocando, es decir había una música perfectamente coherente en curso… en su opuesto por decirlo de algún modo, de ocho músicos de jazz o “pop” habrían llegado a las 9.45, solamente, cuatro, dos atrasados, uno muy atrasado y uno no llegaba, a las 10.15 recién abriendo los estuches, a las 10.30 las primeras notas para empezar recién a tocar a as 10.45, en el ínter tanto se habrían escuchado, risas, tallas, conversaciones sobre los mas diversos temas, abrazos, café, cigarrillos, teléfono, jugos, salidas al patio a tomar sol….en fin, podía pasar cualquier cosa, siendo siempre la mas manifiesta: la alegría, el humor… eso era infaltable, siempre riéndonos todos de buena gana. Acá: “tócatela de nuevo” allá “repitamos la parte” acá: “desde arriba”, allá “volvamos al ceño” acá “la hoja” allá, “la partitura” acá: tenemos un tema nuevo” allá: “primera audición” acá “Démosle una vuelta mas, por que me tengo que pegar “los tilines” (me tengo que ir), allá: Tomemos el tema desde arriba una ultima vez y damos por finalizado el ensayo de hoy”….a ratos me parecía broma….estaba en medio de verdaderos “caballeros de la música” a todo esto me olvidaba:…. el lenguaje informal y soez estaba absolutamente ausente, generalmente al terminar el ensayo, ahí nos reíamos un poco, pero el solo hecho de tratarnos de Ud. y de “maestro” genera un ambiente de formalidad. Admito: me acomodó, me sentí muy bien, se avanzaba rápido, todo giraba en torno a la música, todavía no había amistad pero si un respeto a toda prueba. No puedo dejar de consignar, que fui recibido por todos con mucho cariño y respeto, todos sabían de mi y me dieron mucha confianza y lo mas importante me hicieron sentir con mucho entusiasmo, que estaban seguros que ahora si, el grupo se encausaría hacia donde ellos pretendían…”Maestro Ud. lleva la guaripola aquí…nosotros lo seguimos” viniendo de quien venían estas palabras, admito me sentí muy reconfortado y feliz. Yo había tenido que luchar desde los 13 años con algo muy curioso, yo sabia lo que hacia y que lo hacia bien, pero nadie me decía nada, todos lo daban por hecho, por sentado que la cosa era así y punto.Siempre pensé que me hubiese gustado que reconocieran mis logros pero, también, lo mas importante que me criticaran con un espíritu contructivo para haber logrado ser aun mejor, de partida haber abandonado mi “fantasma” de no saber leer música, pero bajo el concepto generalizado esos días, de que era mejor, que era mucho mejor “que fuera yo” y no un músico lector…. fui auto-perseguido toda mi carrera, por esto.
Trabajé en forma silenciosa pero muy efectiva con Nino García, que hacia gran parte de los arreglos del grupo, a el intenté traspasarle la parte “teórica” del jazz, aun cuando fuera en niveles bastante básicos, pero que de a poco fue dando estupendos resultados, cada sugerencia mía era ilustrada con trozos y fragmentos de grabaciones de destacados músicos de jazz, con la finalidad de poder suplir la “teoría musical” con “demostraciones empíricas” fue así, como Nino entendió que debía “ligar” las notas en sus arreglos para lograr el “swing” del jazz y no escribirlas de a una, apartándose así de ese sentido como barroco que ellos tenían muy incorporado.Que mejor ejemplo puede existir de lo que pretendía, que tocarle
cualquier trozo de los legendarios “Four Brothers” (Stan Gestz, Bob Cooper, Zoot Sims, Serge Chaloff) en sus años junto al Big Band de Woody Herman. Recuerdo que se lo cantaba nota por nota, el lo escribía y después me lo leía, ahí cuando el tomaba el sentido que yo llamo “barroco” yo lo detenía en seco, Nino poseía una rapidez impresionante en la comprensión de la música, en una sesión de esta temática ya tenia internalizado el concepto. Tocar al unísono, con swing, sin importar el tempo, como “sección” fue la orden del día y fue increíble, como se vieron los resultados, cuando se incorporo el ritmo de la batería encima de estos conceptos. La banda empezó a partir de ahí a sonar a completa satisfacción de todos, y muy importante con un renovado entusiasmo. Nada mas lejos de mi intención, que aparecer en este articulo, que además es escrito por mi, como si fuera yo el artífice de los logros del Sexteto, nada mas lejos de mi intención, pero si es justo también consignar y no olvidar que a mi me llevaron justamente para “eso” y era hacia “eso” que la banda se estaba cada vez incorporando mejor. Habría sido una mezcla incomprensible, si me hubiese limitado a incorporar solamente mi enfoque rítmico-jazzistico, sobre ellos que se encontraban mas cercanos a la música de cámara que al jazz.
Cuecas, tangos, tonadas, boleros, todos ritmos “latinoamericanos” (3/4, 6/8, 4/4 etc) son todos ritmos también muy explorados en el jazz, por esta misma razón empezaron afluir sin contratiempos. Por otra parte, muy positivo del grupo hacia mi, fue mi comprensión a cabalidad del sentido del “matiz”, esto solía no ser bien tratado en el jazz, especialmente de esos días (Hard-bop), descubrí con ellos, algo maravilloso y de gran utilidad en la música, también tuve que aprender el sentido de no tocar una sola nota, en largos pasajes, en que simplemente la batería y la percusión no participaba, aprovechaba, recuerdo, de oír con total atención, poe ejemplo, largos solos de bajo con arco, interpretados con singular maestría por Adolfo Flores, y me fui acostumbrando así, a oír a mis compañeros cada vez con mas atención y por que no decirlo con admiración. (Continuara)
DB.8/09
Oir: “Cueca del Cerro”. Guillermo Rifo. Solo de bajo A. Flores

jueves, 30 de julio de 2009

"LA NOCHE QUE DEJE DE TOCAR LA BATERIA"


LA NOCHE QUE DEJE DE TOCAR LA BATERIA
Dedico este cuento a mi amigo, el baterista Alejandro Espinoza, que
hace muchos años, me animo, a que algun dia, deberia
escribir sobre este tema.

Todos pisando huevos.
Por que si, o por que no. Años 1974-75-76…….
No voy a entrar en detalles, de como se siente un baterista de jazz en una Dictadura Militar, sobre todo en los primeros años…. sin embargo si lo haré en lo que a mi respecta, a la escena de esos días y muy especialmente a la banda con que tocaba profesionalmente en ese entonces.
Yo no me podía quejar a diferencia de otros músicos, yo tenia trabajo y de sobra, incluso habían ciertas cosas que debía rechazar, por razones de tiempo.
Mi día empezaba a eso de las diez de la mañana en los Estudios de Grabación de la IRT, Sello Alba, esos días, era yo el baterista de la Orquesta estable del sello, que era dirigida, por Horacio Saavedra, Carlos Grunewald, Vicente Bianchi hijo, Juan Azua, Ronnie Knoler, Daniel Lencina o Carlos González…. entre varios otros, que llevaban sus arreglos y aprovechaban la orquesta, sin tener que incurrir en mayores gastos. Generalmente se trataba de grabaciones de jóvenes cantantes y también de algunos artistas extranjeros de paso por Chile.
Inolvidable resulta para mi una sensación de inmensa alegría de sentir a eso de las 9.45 am, con un cierto olorcillo a café en el ambiente, oír y ser parte del calentamiento de los instrumentos, me parecía una música bella, del tipo Sun Ra , cada uno para su lado, haciendo escalas, probando equipos, en fin toda una situación que mas de alguna vez me hizo sentirme feliz de ser parte de todo aquello.
En el rodaje del día se daban situaciones bastante peculiares, como por ejemplo cuando grabé con Zalo Reyes, me da la impresión que su primer single “Marido Modelo” creo que se llamaba, el a ratos, se acercaba a la batería y cariñosamente me daba un abrazo. Le gustaba como estaba saliendo todo, inolvidable resulta un tufillo criollo a” pebre-cuchareado” que emanaba de este joven valor, entusiasta y simpático.
El listado de los artistas con quienes toqué es largísimo, solo algunos botones de muestra: La Coccinelle, el primer travestí que triunfó en Chile, en momentos que felizmente la palabra no se conocía muy bien, de lo contrario habría dado incluso unos agudos aun más agudos. Herve Villard, El Temucano, Paty Chavez, Gloria Simonetti, José Alfredo Fuentes, Los Quincheros, Patricio Renan, Osvaldo Díaz y muchos cantantes chilenos y argentinos…. y muchos, muchos mas.
Ciertos días en que los horarios coincidían a eso de las 3 de la tarde estaba en el Estudio de Televisión Nacional junto al Cuarteto de Daniel Lencina, donde a partir de ahí, ya no parábamos hasta bien entrada la noche (aun cuando no tanto, pues había un toque de queda que debe haber sido hasta las media noche). Inmediatamente de grabar para la Televisión donde teníamos dos programas semanales (Tiempo de Swing y El Teléfono) nos íbamos a estudios mas pequeños a grabar “Jingles” publicitarios, cuya cantidad es imposible de recordar, pues fueron una cantidad considerable, siendo “Leche Calo” el que paso a la historia, pues el remate que decía: ..:”Mami…quiero Calo” fue popularmente cambiado con un remate gracioso y vulgar, que era como un grito de guerra obligado, en todas las fiestas y festejos a lo largo de todo el país. De mas esta que lo diga, pero cuando tocábamos nosotros en situaciones llamadas “cancheos” es decir fiestas privadas, Clubes, o Bailes, este era un cierre obligado, y se le solicitaba a la Banda, como si se tratara de un tema mas…..”Mami…ya me cag..”..Cantaban!
Inmediatamente del estudio de grabación a eso de las ocho de la noche ya estábamos tocando en “El” lugar de moda y talvez el único de concurrencia masiva de esos días, era el famoso, tradicional y elegante “Driving Lo Curro” en los faldeos del cerro del mismo nombre.
Esos días, un lugar bastante retirado y que se caracterizaba por ser el único en Chile con las famosas “Cenas a la Americana”, no había un solo día de la semana donde el lugar no estuviera completamente repleto, el ambiente fiestero empezaba incluso antes de las siete, pues no podía quedar nadie allí después de las 11.30 de la noche por razones obvias. Así las cosas cuando empezábamos a tocar la casa estaba absolutamente repleta y todos sus ocupantes convertidos en verdaderos cohetes.
Comían, bebían y bebían, bailaban , se reían, gritaban, cantaban….. todo apurado, había que hacerlo todo en no mas de tres horas. También no debo olvidar, algunos discursos sentidos, brindis, intercambio de banderines, diplomas, entrega de regalos de cobre y lapislázuli, abrazos y más de alguna lagrima.
En circunstancias así, la banda, pasa a ser real parte de la casa, además de saber todos que nos encontrábamos de alguna forma hermanados por la patética situación de tener que estar, todos, en sus respectivas casas, no mas allá de las doce de la noche, hacia, repito, que la banda, se involucrara cada noche en múltiples situaciones, que en otras circunstancias no serian admisibles. La cantidad de personas que se nos acercaban amistosamente a pedir las cosas mas insólitas, bien vale la pena creo yo, que sean enumeradas, lo mas recurrente y lo que a ratos estaba a punto de sacarme de quicio era el hecho de que hubiese tal cantidad de personas de cumpleaños!!!! Que manera de haber cumpleañeros!!! Y cada uno de ellos sentían que en realidad se trataba de algo absolutamente excepcional, que nosotros deberíamos jugarnos por entero…Como se llama el cumpleañero? preguntábamos,.. Juan,!!!... era la respuesta y ahí nos largábamos y así sucesivamente. Para que decir, el “vendedor del mes”, ameritaba redoble, la entrega de los pasajes a Buenos Aires también y yo ahí, acumulando molestia por decirlo así: suavecito.
Para no aparecer patéticos, también había largos momentos donde podíamos tocar, los típicos “standards” con mucho afiatamiento, y con hermoso solos de trompeta con sordina o flugel-horn y también solos de piano.
Para nosotros la hora critica, era de 10.30 pm hasta hasta la hora de cierre, aun cuando hubo situaciones en que enfiestados e influyentes personajes pretendieron que siguiéramos tocando, seguramente hasta cuando ellos lo estimaran. Así estaban las cosas en ese Santiago de noche, aquel que una vez en la calle , uno tomaba conciencia en lo que estábamos inmersos….las calles completamente vacías, todos los negocios cerrados, los letreros apagados y uno que otro vehículo militar o de carabineros, patrullando o controlando los pocos vehículos que circulaban a “esas horas”, por decirlo con dramatismo, pues estamos hablando de las 11.50 de la noche. Yo había tenido varios episodios ya, no del todo agradables, muy por el contrario, en esa época vivía en Santiago, pero mi casa estaba, en el hermoso pueblito de El Canelo, en el Cajón del Maipo ahí fui apremiado en dos oportunidades, una por tener el pelo largo y andar con sandalias y la otra por tenerlo corto y andar con terno. Conseguí una identificación especial que consignaba mi calidad de persona “normal” como se llamaba entonces a un ciudadano y dos documentos más, tanto del sello Alba y de la Televisión Nacional de Chile, esto me permitía justificar mi presencia en la calle, manejando, faltando tres minutos para las doce. Ahhh! Es músico ahhh? Ya siga!...
Yo había acumulado gran frustración y tristeza con todo cuanto ocurría, nuestro Grupo Fusión con el cual logramos niveles verdaderamente notables, se pulverizo, la misma noche del once de septiembre, Enrique Luna nuestro líder, era hijo de un diplomático de la Cepal y hermano del representante en Chile de Prensa Latina (medio cubano!!!)…los Lunas no tardaron mucho en dejar Chile y así cada uno partió por su lado. Todo en general se trataba de una especie de “sálvese quien pueda” y poco importaba lo que ocurriera con el otro. Yo había previsto una posible hecatombe, antes del “Once” y había planificado(y tomado todos los resguardos) para tomarme uno o dos años sabáticos, mientras las cosas volvían a su curso, jamás habría pensado, esto, tomaría poco mas de diecisiete años!!! cambios tremendos en la situación financiera del país, me obligo a posponer mi idea y tuve que trabajar en muchas situaciones a regañadientes. Entre estas, destacaba “Lo Curro”, aun cuando parecería un cuento de niños si se compara con lo que nos ocurrió mientras nos encontrábamos de gira en Alemania, junto a Valentín Trujillo, el Ballet Folclórico Nacional Bafona, Los Quincheros, una Embajada Cultural…. de allí fuimos expulsados a insultos y patadas y debimos salir a mitad de la moche en la típica bruma de las películas, custodiados por la policía de Frankfurt armada hasta los dientes. Como si esto no fuera suficiente, al poco tiempo de estos sucesos y una vez realizadas las gestiones diplomáticas, insistimos y volvimos nuevamente….de película, pero de terror.
Aprovechamos si, de estar en gira por Francia, Inglaterra y especialmente en España, también nos presentamos en dos oportunidades distintas en Estados Unidos : en New York, Washington y Miami.
De vuelta retome mi lugar en las actividades que he descrito y me encontré nuevamente tocando en las noche de Lo Curro…a regañadientes, pero me ocurría que estaba viviendo una situación única, y no me quedaba mas que asumir yo había elegido con absoluta conciencia que solo quería ser músico y músico profesional, no solamente músico de jazz, o sea debería “hacer” música,, ese era mi trabajo y mi deber, pues no generaba otra entrada de dinero que no fuera esta. La idea de ejercer mi profesión de experto comunicacional y de marketing, que había estudiado en USA, no se me pasaba tan solo por la cabeza, de ejercer en esos días, aun mas casi nadie sabia de ello.
Una noche de invierno, llegue a tocar con cierta dificultad el auto que tenia llego un poco a los tirones…como un presagio de que se trataría de una noche diferente, y si que lo fue.
Como todas las noches esta, era aun mas especial, aparentemente se trataba de una gran empresa que hizo las llamadas “Fiestas Privadas”, a veces con motivo del Aniversario, otras por motivos de traslados, bienvenidas o despedidas de importantes ejecutivos. Esta vez era evidente la importancia del evento, pues entre los alegres asistentes se veían algunos rostros de nuestro alicaído y bajo perfil mundo social, así todo se veían los típicos rostros que protagonizaban las notas en los noticiarios sobre cualquier cosa que no fuera política, industriales mas que nada, el hombre del año, un mundillo de segunda... por decirlo de algún modo, pues los verdaderos protagonistas de la marcha del país, se movían en esferas completamente privadas y obviamente dentro del mundo militar.
A poco andar, tengo la primera gota que terminaría por rebasar el vaso aquella noche, estando yo tocando, siento que alguien me presiona los tobillos en forma delicada, pero lo sufientemente entusiasta como para desordenarme los calcetines, giro con cierto espanto y encuentro un rostro regordete, sonriente,algo o bastante mas viejo, pero perfectamente reconocible, era mi compañero de curso, de colegio…el gordo Stagnaro, en esos días heredero de un verdadero imperio del rubro ferretero y de materiales de contracción. Estaba contento de verme me dijo. “Chico maldito…tu todavía dándole eh?? Y me hizo un burdo gesto como imitando mi forma de tocar. Para mi era incomodo entablar conversaciones estando tocando, no obstante le hice un par de guiños amistosos, el espero un par de minutos y cuando terminamos ese tema, aprovechando los breves aplausos, se me acerco más y me sale con la siguiente solicitud:
-Viejito querido, una gauchadita….tu soy de la casa……sabis estoy con toda la gente de la Cámara
(que Cámara me pregunte?) y el filete nos ha salido súper duro…tu creis que podis hacer algo???
No supe que decirle mire desconcertado total, se me paso por la mente mandarlo a buena parte, y ahí se inicia nuevamente la música, le hice señas con los hombros, queriéndole decir: No se que decir, no me importa, no me interesa, andate a buena parte idiota….podía tener en realidad varias interpretaciones…..El tipo comprendió y lo vi. alejarse en dirección al mesón a la caja o donde quiera que sea el lugar donde deben tratarse estos asuntos.
Yo admito que quede, levemente molesto, ese día por alguna razón sentía que me subía un tipo diferente de temperatura.
Al poco rato y como era ya costumbre, tocamos el cumpleaños feliz, para el Gerente de Adquisiciones, creo que se llamaba Carlos. Al rato se acerca alguien a nuestro director Daniel Lencina y le explica que alguien viene o se va a México si podemos tocar “Allá en el Rancho Grande”.
Daniel es una persona muy especial, siempre lo admire por su actitud positiva, años tocando juntos, desde prácticamente cuando el llego a Chile (1970) desde su querido Uruguay, aun mas le había conocido allá, cuando toque en el Festival Internacional de Jazz de Punta del Este. Nunca recuerdo haberlo visto mal humorado, jamás, en el grupo Fusión, en Tiempo de Swing,en la Orquesta del sello IRT, en TVN… en fin en mil tocatas y grabaciones, siempre, el, con su actitud amistosa y lo mas importante sin hacerse ni hacer problemas por nada ni a nadie.
La solicitud de esa persona que tocáramos algo enclavado en el corazón de México, le pareció normal, y contó con el mismo animo que se cuenta para tocar un tema de jazz como por ejemplo
Mile’s Smiles…..partimos…. era más que evidente que cuando llegara esa parte que reza:
-“Te voy a hacer los calzones”……la banda debe gritar: COMO???...la gente responde entusiasta: “Como los usa el ranchero”!!!…..la primera vez lo admito caí redondito, y también grite con cierto entusiasmo: COMO??? Mientras miraba como el gordo Stagnarao se vanagloriaba entre su gente de haber logrado que le cambiaran las carnes. Seguí tocando. Esa pieza amerita mucho redoble de caja, se trata de una “Ranchera” es un 6/8 que debe salir “parejito”. A todo esto la gente bailaba como locos, casi no quedo nadie en las mesas, todos bailaban y cantaban, algunos mas osados juntaban su manos en la espalda haciendo algunos pasitos, como esos que mas de alguna vez uno ha visto en alguna burda interpretación por los extras de la Metro Goldwing Meyer.
El griterío, los aplausos fueron apoteósicos. Se intento levantar en andas al Gerente General que en definitiva era trasladado a la Casa Central de su empresa, allá, en el mismísimo Distrito Federal, corazón de la Capital mexicana. Un chupamedias, cegado por su instinto, movido por el entusiasmo, se acerca donde Daniel y le solicita , en forma urgente, para que no se fuera a enfriar la cosa: “LA RASPA”. Una vez más Daniel con su inconmovible sentido de “buena onda” y buen humor, mira la banda y dice:
-Vamos muchachos : “La Raspa” alza la mano para dar la cuenta y dice!!( expresión esta, que los músicos entendemos de inmediato y que no es, mas, que la indicación de un director para señalar el “tempo” o sea la velocidad de la interpretación y finalmente la palabra “dice” que indica implícitamente que a partir de ese instante, no hay absolutamente nada mas que decir o hacer que no sea tocar lo que que te están indicando. Son reglas y leyes sagradas de todo músico profesional).
Yo debo admitir muchas cosas aquí, y lo haré, pero antes debo concluir con los hechos tal cual como ocurrieron.
Aquí, la algarabía logra su punto culmine, espontáneamente se organizan filas de personas, mas o menos organizadas en lo posible una fila de hombres que enfrenta a una de mujeres, las manitos atrás y todo el mundo empieza a cantar, no falta el figuron y su compañera, que se ubica sin razón alguna como al medio entre estas dos filas, como, imagino yo, para dar la pauta.
-Bailar, bailar, bailar…..la raspa popular….bailar, bailar, bailar…la raspa popular, esa es la letra, como se puede apreciar llena de emoción llena de contenido.
Conjuntamente a esto las personas tratan de estirar las piernas una cada vez hacia adelante en forma lo mas graciosa posible, produciéndose aquí un desorden generalizado, al estirar algunos la derecha mientras otros tiran la izquierda, los mas gordos prefieren hacerlo en grupos, abrazándose por las cinturas (¿).
Este espectáculo, visto desde una tarima, desde una ubicación privilegiada, con una pista iluminada al centro, con varios matices de colores que van girando, terminaron por situarme con un observador perplejo, disconforme y desagradado, veía como a lo lejos algunas señoras pintadas en extremo, acaloradas, en medio del humo con sus rostros con tintes morados, enormes ojeras purpúreas, con pequeños rayos rojos que le cruzaban de tanto en tanto sus sonrientes rostros, a su lado un gordo acalorado, fuera de si, entusiasmado, delirante ya, poniendo caras graciosas, intentando que todos se sacaran, como el, las corbatas. De pronto se oye : VUELTA!!!!! Y ahí se separan la filas, se arman las parejas y es sin lugar a dudas el punto culminante de esta curiosa situación.
De pronto y sin que mediara absolutamente nada en particular, dejo de tocar. Para mí: se acaba, se detiene todo. Lo mas notorio: el ritmo, me quedo unos segundos completamente en blanco, o en negro, no lo se. Dejo mis palillos encima de la batería. Me paro y me voy.
Camino al estacionamiento…. sentía como se alejaban las voces alegres como si yo fuera por un túnel. Me costo hacer partir el maldito auto, finalmente a tirones me fui alejando de allí, sin entender bien que me ocurría. No más!! no más!!!….me dije, sin ira, sin mayor enojo, no era ese el caso, era algo distinto…. sentí como una paz extraña, incluso llegué a pensar que me había muerto.
No se como llegué a verme sentado en mi cama, sacándome cada zapato como si se trataran de zapatos de buzo. “No toco mas”…. me decía, mientras me ponía el pijama al revés.
Me dormí como un bebe. No soñé con cosa alguna.
Al día siguiente, fui por mis tambores, felizmente, había uno por aquí, otro por allá, pero finalmente estaba todo. Lo guardé en sus cajas todo bien embalado y lo deposité en una bodega del edificio. Por un tiempo. No lo suficientemente largo que yo imagine que seria. Me quedaba aun una importante deuda con la musica por saldar. Felizmente.
Han pasado treinta y cinco años.
Creo que con razón hay un cierto distanciamiento con Daniel.
Al resto de mis compañeros no los volví a ver más.
Nunca es tarde para pedir perdón por ciertas cosas que como profesional, uno simplemente no puede ni debe hacer. Y yo lo hice. Así es que humildemente, me excuso.
Tampoco nunca hubo el encuentro con ellos como para explicar lo que me paso, solamente me volví a encontrar con Daniel años mas tarde.
Bueno pues, Daniel, Ronny, Toscano, nuevamente lo siento…….hay personas que reaccionan mal a canciones como “La Raspa” y sin lugar a dudas yo soy una de ellas.
DB/8/09